En los últimos meses los partidos de la oposición, especialmente el PP por ser nuestro opositor nato pero también el PSOE que como sabréis está muy resentido desde
la ruptura del pacto,
están haciendo un mantra de nuestra supuesta incapacidad de gestión y de nuestro «desinterés».
Esgrimen -sin argumentar- cosas como que hay «ausencia de dirección política» o «gestión nula», o que no pasamos por las concejalías o departamentos, pareciendo que han puesto cámaras para vigilar nuestros pasos y dando por hecho que estar o figurar es hacer, como tantas veces han demostrado estos defensores del concepto de «concejal-florero».
La solicitud del PP se produce «tras meses de nula actividad en la zona de trabajadores de las concejalías de Medio Ambiente y Obras». Esto se debe, según los concejales del PP, a la «ausencia de dirección política en el equipo de Gobierno, especialmente en esas áreas». Un hecho «que resulta evidente si se tiene en cuenta el lamentable estado de otras zonas de la ciudad».
La nula actividad de trabajadores era simplemente mentira, pero pudiera parecer que así era y a veces con parecer es suficiente. Del lamentable estado podrían correr ríos de tinta, comparando el antes y el después, pero desgraciadamente somos de memoria frágil. A mi me basta con recordar calles llenas de agujeros y baches, tras años sin asfaltar, y al parecer era por falta de dirección política.
Recalcan los populares el «desinterés de CastroVerde por todo aquello que tenga que ver con la riqueza cultural y la puesta en valor de nuestro patrimonio. Prueba de ello es que, trascurrido un mes desde la Semana Santa, aún no se han retirado de la vía pública algunos de los elementos de decoración de la Pasión Viviente».
Desde el PP, creen que es un problema que se repite. «Las palabras que definen a los ediles de CastroVerde son: la falta de planificación, organización, de gestión y falta de liderazgo en unos departamentos, los de Obras y Medio Ambiente, que están a la deriva y lo que sale, sale por inercia y por los propios trabajadores».
Que determinadas áreas del Ayuntamiento aún no están bien organizadas es una realidad. Que determinados departamentos están saturados o no atienden las necesidades cotidianas con la celeridad debida, otra realidad.
Que todo eso sea una novedad derivada de la existencia de CastroVerde o de que seamos 7 concejales y no 11 cobrando a tope y con sus confianzudos a la vera, es una interpretación interesada de la realidad. O dicho de otra forma, demagogia de libro.
Los concejales, por mucho que queramos y por mucho que a veces nos dediquemos a tareas que son de otros, no somos operarios, ni auxiliares, ni técnicos. Podríamos, pero no debemos, dedicarnos a recoger arcos de la Pasión Viviente, ni a segar hierba de los parterres, ni a redactar informes o hacer listados para el presupuesto.
Lo que debemos es gestionar, es decir, conseguir que los empleados públicos hagan todas esas cosas y muchas otras. A veces la realidad es que el Ayuntamiento no funciona como debiera, y es nuestra responsabilidad, pero no quiere decir que no gestionemos o que no estemos continuamente intentando que no sea así.
Lo intentamos todos los días: gestionar es hacer todo lo necesario para poder invertir recursos en cubrir las necesidades. Y cuando los recursos son limitados, se trata de priorizar.
Que aún no hemos corregido todos los déficit que tiene el Ayuntamiento de Castro, es una realidad. Que terminará la legislatura y no lo habremos conseguido del todo, otra. Que de ello se deriva que somos incapaces o que no trabajamos, es falso.
Luz en La Loma.
Simplemente hemos priorizado: la gestión invisible, esa que no da votos pero da luz a La Loma tras décadas de oscurantismo en todos los sentidos, frente a la visible, la de la foto, las flores y el qué dirán.
Nuestra gestión es la que ha permitido regularizar el Cementerio municipal, los mercadillos y el mercado para estar al servicio de los ciudadanos. Nuestra gestión es la que ha convertido números rojos en negros -recortando primero en gastos políticos, tal y como nos comprometimos a hacer-, esos que permiten invertir en obras de asfaltado, parques infantiles, más zonas verdes, carriles-bici, túneles de Ocharan…
Obviando todo esto, la oposición se preocupa por unas zonas que se siegan unos días después o por unos arcos que están sin recoger por estar el camión municipal averiado. Por muy visible que esto sea (de la visibilidad hablaremos otro día) y conociendo la realidad de nuestro Ayuntamiento, yo prefiero que los concejales se dediquen a la gestión invisible, dé votos o no.
Sé que un día esta última dará frutos para que el Ayuntamiento funcione en piloto casi automático y la gestión sea más fácil para los que vengan detrás, aunque nunca nadie lo agradezca. Gracias a los que lo entiendan y a los que no… siempre les quedarán las flores.